Asamblea de agosto en Arizala

El pasado 6 de septiembre celebramos la Asamblea de agosto.

En esta ocasión nos tocaba una de esas reuniones que tienen previamente una quedada para dar un paseo en grupo, socias e interesadas, una forma de ir conociéndonos y compartir con otra libertad, y en un ambiente más tranquilo.

Para esta ocasión Javitxu nos propuso que diéramos un paseo tranquilo y agradable al nacedero del río Ubagua.  Un lugar que para muchas ha sido una sorpresa y ha dejado un buen regusto, y ganas de repetir e incluso ampliar la ruta en alguna otra ocasión.

Hemos quedado algunos en el Decatlón para organizarnos con los coches, y nos hemos puesto en ruta hacia tierras estellesas, concretamente hasta el pueblo de Riezu, desde donde empezaba nuestro paseo.  Primer reencuentro, primeros abrazos y refrescando la memoria recordando los nombres de unas y otras. Para las interesadas, como es mi caso, es el momento de acogida y de sentirte que por ese rato perteneces a un grupo que se quieren y donde se miran, se reconocen y se sonríen, y para mí por lo menos es importante.

Un día soleado, con un poco de brisa que se agradecía sobre todo en las zonas donde la sombra escaseaba.

Un camino fácil y sencillo, con unas vistas al río bonitas. Un puente de madera al principio donde poder jugar y echar unas risas. Una cascada con poca agua, pero que invitaba al baño, alguna atrevida hubo. Una fuente para refrescarse para aquellos que el río era demasiado frío. Y el nacedero en si, donde entre risas y bromas nos tomamos una foto para recordar que llegamos y estuvimos presentes.

Y vuelta hacia el coche, para desde allí trasladarnos hasta el sitio de la asamblea y la posterior comida, en el Deierriko Ostatua, en el pueblo de Arizala, una sala amplia y fresca, donde en círculo comenzamos la asamblea, siguiendo el orden del día.

Terminada la reunión, y reorganizada la sala que pasó a convertirse en comedor con alguna ayuda y colaboración que otra, se empezó la comida. Cada cual elegimos un sitio y de alguna manera con al lado de quien nos sentamos, y a la par que llegan las ensaladas las conversaciones amenizan las mesas.  A pesar de algún despiste con el número de las lubinas, la comida trascurre entre risas y charlas que nos acercan entre nosotras y al mismo proyecto que se transparenta entre las manos de cada quien.

Y para despedirnos volvimos a juntarnos, más cerca, para entrar en la foto y mostrar que estamos y somos, sonrientes… porque estamos bien.

Para algunas habrá sido su primera quedada, para muchas es otra más, y para algunas, como en mi caso, va sumando una más en esta experiencia de acercamiento a la cooperativa.

Gracias a todas las que hacemos posible una jornada como la de hoy, y gracias a cada quien por abrirse y dejar que las otras entren un poco. Gracias.

Sonia

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